miércoles, 19 de mayo de 2010

Rarezas Chinas



Los Chinos son raros. Partiendo por el hecho de que viven en un país donde se le rinde tanto culto a Mao Zedong como a Louis Vuitton. También se aprecia al Ché, pero siento que más por el lado McGuevara y CheDonals que por la cercanía ideológica con Mao.



El marquerismo acá es una cosa terrible. La copia está institucionalizada, tanto que en hermosos malls con luz natural y escaleras mecánicas podemos encontrar Ipods y zapatillas nike, poleras Calvin Klein y chaquetas Columbia pero TODO es falso. No hay absolutamente nada verdadero. Y a los chinos les gusta esto. El blink blink, el brillo, la luz de neón, la tonterita occidental. De todo occidente escogieron lo más triste y decadente: el culto a la plata y la belleza física, y desecharon todo lo demás. Así, muchas veces se ven publicidades con personas occidentales, lo cual es raro porque ninguno de los posibles compradores es rubio ni tiene ojos azules. Pese a ello, a veces si hay modelos chinas, como ésta que encontramos posando en el Bund (o malecón):


Pero estos tipos son finos y cosmopolitas. Shanghai es muy limpio y ordenado, y todo nuevo. Sin embargo, hay cosas que uno no entiende. Como que se saquen fotos con uno como si fuera algo increíble (pese a que viven en una ciudad tan cosmopolita como New York). La tecnología además, se ve en todo. Por ejemplo, los taxis por flaites que sean, tienen una pantalla touch donde nos embuten publicidad a la vena.


Ahora bien, pese a que el blink blink y las marcas son un absoluto, llama la atención lo planificado y controlado que está todo. Por ejemplo: no hay perros en Shanghai. No es raro, los perros son comida y por lo tanto no los dejan andar por las calles tranquilamente. Es como si en santiago caminaran blancos corderitos por las calles. Ni me imagino la de huevones angustiados que los tirarían a sus parrillas para amenizar la noche. Otra cosa que llama la atención es la ausencia de palomas. Como se puede presumir las razones son las mismas que con los perros, aunque en la "people square" vuelan estas hermosas palomas blancas:




No se sabe todavía si están vivas porque el gobierno protege su blancura (mientras más blanco seas aquí más posibilidades tienes de encontrar buenas pegas) o si no las han matado porque las crían para que Hu Jintao y los jerarcas del partido se den festines especiales, con palomas blancas especialmente egordadas por el pueblo en la plaza del pueblo (que bonito).
Otra cosa que habrán oído de China es su amor por las bicicletas. En tiempos de Mao las bicicletas fueron fomentadas, a tal nivel que a los obreros se las regalaba el gobierno. Aún hoy es posible ver esas bicicletas commies que son estilosamente nostálgicas y recorren las ciclovías que están en TODAS las calles (no como en santiago en calles perdidas y atravesadas por árboles). Sin embargo, la cultura de la bicicleta está dando paso rápidamente a la de las motos:

El único problema que esto tiene es que las dichosas motitos son un peligro: primero: ¿casco dijo? ¿y que vendría siendo eso? segundo: ¿semáforos? no, no, esas cositas con colores son para los autos, nosotros los motoqueros pasamos nomás. tercero: ¿peatones? bueno, si se cruzan uno o dos en nuestro camino no es nuestra culpa, nosotros cumplimos con tocarles la bocina cuando los pillemos en una vereda y estemos a 10 centímetros de ellos. Para peor las motitos son eléctricas, así que ni sueñe con escucharlas.
Se que estas cosas no son tan raras como se lo esperaban, pero me faltan fotos de las mejores cosas, espero tomarlas. Queda pendiente pues: el origen de los pokemones, los pantalones de niños con hoyos en el poto para que hagan sus cositas en cualquier parte, helados de arverjas y sopas de serpientes, chinos rusios, antigüedades no tan antiguas, mao kitsch, etc. En una proxima entrega van esas cosas.

Ni Men Hao.

viernes, 14 de mayo de 2010

Comida China

No venden comida China en China. Al menos no a lo que en Jaguarlandia le llamaríamos "Comida China". Así, si en cualquier esquina (léase bien "cualquier esquina" porque hay un restorant en cada calle pasaje y lugar que uno se pueda imaginar. Si Curicó fuera China, en el pasaje de tierra al lado de la casa del Serbi habría 3 restoranes) pedimos una porción de Wantan, una de arrollados, un pollo pekin y un arroz primavera, y aunque dijeramos todo eso en el Chino más perfecto que se ha hablado desde Confucio, nos mirarían un una cara extrañada y hasta pondrían los ojos redondos porque no tendrían idea de lo que le estamos hablando. Por el contrario, la comida China de China luce así:


A primera vista esta sopita puede parecer buena, pero piénselo dos veces. En ese caldo flotan tallarines, vegetales raros, hongos que parecen ojos y pedazos de carne que puede ser de vacuno, chancho, pollo, paloma o... si... perro. El caldito tiene un aliño muy dificil de describir, pero es como si después de un asado con el negro piñera vomitaras, y agarraras ese vómito y lo mezclaras con anís, jenjibre, y un ají tan picante que hiciera ver la comida de los meros machos mexicanos como Chocapic con Yogurt. Para peor, hay que intentar comerse ese plato con palitos y un cucharón, y tus estúpidos intentos además de tu cara de asco serán el deleite de todo chinito que esté viendo la situación.
Este plato lo comí el primer día que llegué a la China. Y para no ensartarme de nuevo decidí comer algo que se veía apanado y rico:


Bueno, tampoco le pude achuntar porque lo apanado era una jaiva. Pero no solo la carnecita de las patas de la jaiva si no la jaiva completa, con tenazas cabeza, antenas, interiores y demases. Además, la poca carne disponible estaba aliñada con un sabor horrible, que no podría comparar con nada concebible, pero que no era el picante anterior sino algo peor. Entonces, descartada la posibilidad de comer jaivas, coquetié un tiempo con McDonalds y Burger King, pese a que mis entenciones originales eran emular a Bourdain y probar cualquier cosa que me pusieran por delante. Pero no, hay que ser fuerte me dije y probé las muy famosas Yosas: masitas shanghainesas al vapor rellenas con carne. Éstas son bastante buenas de hecho, pero son una especie de delicatessen cara y que queda en la muela. Tienen otra historia muy curiosa: Marco Polo las conoció en Shanghai y las llevó a Italia. Allá se convirtieron en lo que hoy conocemos como raviolis, pero también evolucionaron como masas horneadas llenas de carne y otros cosas. Los españoles llevaron esa receta a América, y en Chilito evolucionaron, se hicieron populares y usted puede disfrutarlas cada Domingo en su mesa. las Yosas vienen a ser entonces, una especie de tatarabuelo de nuestras empanadas chilenas.
Pero bueno, siguiendo con mi crónica, descubrí un lugar en donde se podía elegir entre varios ingredientes, que los Chinos ponen a freir y luego convierten en sopa.


Estas sopitas son más o menos parecidas a lo que yo ya había probado, con la importante diferencia de que se puede pedir la carne que uno quiera (y excluir perros y palomas) las verduras que uno quiera (hay algunas bastante malas) y pedir que no le echen aliño de vómito picante con anís. El resultado es bastante decente, pero es necesario pedir esto con alguien que hable Chino, para que le diga que no le ponga el famoso aliñito. Bien por la sopita, pero necesito siempre un chino parlante.
Otra alternativa es comer tallarines. Los Chinos inventaros estas cosas, y si se puede evitar que le echen raros aliños, son una comida bastante aceptable. El único problema: el formato.


Comer tallarines con palitos es, como se ve en la foto, bastante complicado. La primera regla para hacerlo es la siguiente: olvídese de todos los modales que le enseñó su madre o su abuelita. Frases del tipo: "mijito no sorbetee", "no acerque la cabeza al plato", "lo que se saca no se devuelve al plato", "nada es asqueroso", "no coma con las manos", etc. No aplican en China. Si nos acordamos de esos modales entonces vamos a morir de inanición. Así, una vez que hemos relajado nustros modales, se puede comer con toda calma. De hecho, eso me gusta, porque los modales y yo nunca hemos sido muy buenos amigos.
Otra posibilidad de comida en China es el arroz solo. Es muy fome, pero muy barato y no le van a echar nada raro, así que salva mucho.
Bueno, es bastante dificil y lento bloggear desde China, porque los chinos bloquearon los blogs y hay que hacer un bypass con un programa gringo, que hace todo más lento. Meterse a Facebook por ejemplo, y subir fotos, es como bajar la trilogía del Señor de los Anillos con la conexión telefónica que usabamos para entrar a Planeta Chat. Por lo tanto, dentro de lo posible voy a seguir bloggeando, pero paciencia si no lo hago.

Ni Men Hao

sábado, 8 de mayo de 2010

First Impressions of Shanghai

Llevo dos días y dos noches en Shanghai. No es mucho tiempo pero da para hacerse algunas ideas respecto a la ciudad. Primero: que si no me han dicho que los chinos son comunistas, nunca lo hubiera descubierto. Por las calles se pasean Audis y BMW, las calles están repletas de Chinos comprando en Best buy, Louis Vuitton y Nike, y el metro está lleno de publicidades digitales de Coca Cola o Loreal. Sólo en una cosa se nota la mano centralizada: en la planificación. Por ejemplo, para salir del aeropuerto tomé un tren ligero, que anda a 350 kms. por hora. Todo bien pero.... había 3 personas en el tren, nada más. Los Chinos tienen objetivos estratégicos, y eso es lo que define sus prioridades, no el mercado: queremos un tren ultrarápido y voila, allí está, no importa que sólo viajen tres personas. Hay ejemplos mejores: en medio de un barrio pujante donde se construían rascacielos me encontré con: un cultivo de arroz, con chinitos con gorros triangulares labrando la tierra. En Chile eso ya lo habrían arrasado, en China hay planes estratégicos: el campo hay que integrarlo a la ciudad. Otra cosa que se hizo para la expo son una cantidad infinita de parques, en todos lados. Se sabe que son nuevos porque los árboles son chiquititos, pero son una cantidad impresionante de parques, en cada esquina. Y claro, para ellos es fácil expropiar (la propiedad es en realidad una concesión) Por lo que lo que se planifica puede desarrollarse con mucha facilidad. Esto puede tener, eso si, algunos problemas: lo que se planifica en una generación puede considerarse un error para la siguiente. Así, en Shanghai hay una ciudad muy moderna pero a la que se le nota la falta de tradición: de templos de pagodas, de pequeñas callejuelas, de lo que uno esperaría encontrarse en China. Y claro, en una época en la que el patrimonio cultural no se consideraba tan importante como el desarrollo económico, se arrasó con muchas cosas (algo similar a lo que ocurre en Santiago, aunque sin planificación) y la ciudad a veces parece no tener arraigo ni identidad. Los barrios tradicionales que quedan son muy comerciales, llenos de tiendas y turistas, y uno se queda echando de menos la China profunda, antigua y tradicional.

martes, 4 de mayo de 2010

Minuto cero

Estoy a menos de 24 hrs de irme a Shanghai y me siento en estos momentos como los soldados gringos en esas películas de la segunda guerra, antes de desembarcar en Normandía. Ellos estan, por lo general, en un bote chico al que se le abre la puerta delantera, antes de que se abra la puerta ellos solo pueden ver un muro metálico, sin tener idea de lo que hay al otro lado. Y cuando ésta se abre no saben muy bien de donde les van a disparar, solo saben que les van a disparar. Pues bien, en este viaje a Shanghai no se de donde van a venir las balas pero se que van a caer. Será que no arreglo mis papeles, que nadie quiere contratarme en nada por no hablar chino, que no encuentro donde vivir, que cualquier cosa. Voy a un lugar extraño a hacer algo que no se, y esa incertidumbre de puerta metálica me tiene un poco ansioso. Por último que me disparen, pero que me disparen ya.
La gestación de este viaje fue extraña. Nunca creí ni pensé terminar viviendo en China, no estaba dentro de mis planes. Pero un día estaba en una reunión familiar, sintiéndome horrible y vomitando cualquier cosa que me echara a la boca (luego me diagnosticarían hernia al hiato, con la respectiva condena de olvidarme para siempre del alcohol, chocolate, café, té, cosas aliñadas, etc.) Pues bien, en estas circunstancias me contaron que estaban buscando gente para la expo Shanghai. Presionado más bien por mi polola (yo pensaba que por no hablar chino no habían posibilidades), ella y yo postulamos a través de la página de Laborum. El tema es que yo me había hecho en segundo de la universidad un perfil en esa página, y con mi experiencia de esa época (repartir volante scomo un highlight) era claro que nadie me iba a pescar. Tampoco se me ocurrió, como si se le ocurrió a la Maca mi polola, actualizar mi perfil, con lo que pasé para los organizadores del evento a la categoría de "pendejo jugoso que jura que vamos a llevar a cualquier pelotudo a Shanghai con la plata de todos los chilenos". Pues bien, habiéndome olvidado ya de este asunto, me llama la Maca una semana después diciendo que la habían llamado de la Expo, a lo menos como preseleccionada (puta que la cagué, pensé) pero que todavía no significaba nada. dos semanas después la vuelven a llamar para una entrevista, y a los pocos días me avisa: quedé seleccionada. Shit... 9 o 10 meses en Shanghai... pasándolo la raja, y yo aquí por bruto, trabajando quizás donde... no, no... yo me voy a Shanghai. Hasta ahora me he conseguido plata prestada para el pasaje, una visa de turista de dos meses, un para de frases en chino gracias a un podcast, y tres posibles entrevistas de trabajo como profe de Inglés que quizás fallen por no ser gringo. Pero bueno, quien sabe qué saldrá de todo esto, mientras tanto espero a que la puerta metálica baje al fin, para ver desde donde me van a disparar.