viernes, 14 de mayo de 2010

Comida China

No venden comida China en China. Al menos no a lo que en Jaguarlandia le llamaríamos "Comida China". Así, si en cualquier esquina (léase bien "cualquier esquina" porque hay un restorant en cada calle pasaje y lugar que uno se pueda imaginar. Si Curicó fuera China, en el pasaje de tierra al lado de la casa del Serbi habría 3 restoranes) pedimos una porción de Wantan, una de arrollados, un pollo pekin y un arroz primavera, y aunque dijeramos todo eso en el Chino más perfecto que se ha hablado desde Confucio, nos mirarían un una cara extrañada y hasta pondrían los ojos redondos porque no tendrían idea de lo que le estamos hablando. Por el contrario, la comida China de China luce así:


A primera vista esta sopita puede parecer buena, pero piénselo dos veces. En ese caldo flotan tallarines, vegetales raros, hongos que parecen ojos y pedazos de carne que puede ser de vacuno, chancho, pollo, paloma o... si... perro. El caldito tiene un aliño muy dificil de describir, pero es como si después de un asado con el negro piñera vomitaras, y agarraras ese vómito y lo mezclaras con anís, jenjibre, y un ají tan picante que hiciera ver la comida de los meros machos mexicanos como Chocapic con Yogurt. Para peor, hay que intentar comerse ese plato con palitos y un cucharón, y tus estúpidos intentos además de tu cara de asco serán el deleite de todo chinito que esté viendo la situación.
Este plato lo comí el primer día que llegué a la China. Y para no ensartarme de nuevo decidí comer algo que se veía apanado y rico:


Bueno, tampoco le pude achuntar porque lo apanado era una jaiva. Pero no solo la carnecita de las patas de la jaiva si no la jaiva completa, con tenazas cabeza, antenas, interiores y demases. Además, la poca carne disponible estaba aliñada con un sabor horrible, que no podría comparar con nada concebible, pero que no era el picante anterior sino algo peor. Entonces, descartada la posibilidad de comer jaivas, coquetié un tiempo con McDonalds y Burger King, pese a que mis entenciones originales eran emular a Bourdain y probar cualquier cosa que me pusieran por delante. Pero no, hay que ser fuerte me dije y probé las muy famosas Yosas: masitas shanghainesas al vapor rellenas con carne. Éstas son bastante buenas de hecho, pero son una especie de delicatessen cara y que queda en la muela. Tienen otra historia muy curiosa: Marco Polo las conoció en Shanghai y las llevó a Italia. Allá se convirtieron en lo que hoy conocemos como raviolis, pero también evolucionaron como masas horneadas llenas de carne y otros cosas. Los españoles llevaron esa receta a América, y en Chilito evolucionaron, se hicieron populares y usted puede disfrutarlas cada Domingo en su mesa. las Yosas vienen a ser entonces, una especie de tatarabuelo de nuestras empanadas chilenas.
Pero bueno, siguiendo con mi crónica, descubrí un lugar en donde se podía elegir entre varios ingredientes, que los Chinos ponen a freir y luego convierten en sopa.


Estas sopitas son más o menos parecidas a lo que yo ya había probado, con la importante diferencia de que se puede pedir la carne que uno quiera (y excluir perros y palomas) las verduras que uno quiera (hay algunas bastante malas) y pedir que no le echen aliño de vómito picante con anís. El resultado es bastante decente, pero es necesario pedir esto con alguien que hable Chino, para que le diga que no le ponga el famoso aliñito. Bien por la sopita, pero necesito siempre un chino parlante.
Otra alternativa es comer tallarines. Los Chinos inventaros estas cosas, y si se puede evitar que le echen raros aliños, son una comida bastante aceptable. El único problema: el formato.


Comer tallarines con palitos es, como se ve en la foto, bastante complicado. La primera regla para hacerlo es la siguiente: olvídese de todos los modales que le enseñó su madre o su abuelita. Frases del tipo: "mijito no sorbetee", "no acerque la cabeza al plato", "lo que se saca no se devuelve al plato", "nada es asqueroso", "no coma con las manos", etc. No aplican en China. Si nos acordamos de esos modales entonces vamos a morir de inanición. Así, una vez que hemos relajado nustros modales, se puede comer con toda calma. De hecho, eso me gusta, porque los modales y yo nunca hemos sido muy buenos amigos.
Otra posibilidad de comida en China es el arroz solo. Es muy fome, pero muy barato y no le van a echar nada raro, así que salva mucho.
Bueno, es bastante dificil y lento bloggear desde China, porque los chinos bloquearon los blogs y hay que hacer un bypass con un programa gringo, que hace todo más lento. Meterse a Facebook por ejemplo, y subir fotos, es como bajar la trilogía del Señor de los Anillos con la conexión telefónica que usabamos para entrar a Planeta Chat. Por lo tanto, dentro de lo posible voy a seguir bloggeando, pero paciencia si no lo hago.

Ni Men Hao

8 comentarios:

  1. grande Diego! un abrazo y sigue escribiendo para saber de ti!!

    P.D.: Feliz Cumpleaños!

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  2. Grande Nana ... Me Alegra, me rei montones con tu historia ... sigue escribiendo ... yo seguire leyendo

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  3. Bellisima la reseña histórica sobre las empanadas. ¿porque las comemos los domingos? No se sabe...pero es increible como los sabores son capaces de retener, almacenar y recordar información. Pulenta las fotos, parecen de caricatura estilo goku. Nanita: ya es hora que nos revele cual será su nombre en chino. Por cierto, los platos se ven apetitosos, así que juéguesela con los aliños, no hay nada mas visceral que tener el honor de padecer una úlcera....ya que está allá hágame el honor de ir a los anti estadios. Saludos por su cumpleaños.
    atte
    aron

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  4. Diegoooo
    buenisimas cronicas... deberias mandarselas por mail a la laurita o a algun diario pa hacerte un contacto pa tener luquitas o yenes...
    no tengo ni tu skype ni tu msn, deberias darmelos!
    besos y saludos a la maca!

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  5. Diego, como siempre, fanática de tu estilo narrativo, me alegro que hayas llegado bien y que hayas decidido hacer un blog. Perdona por no ir a despedirte a tu casa, no podía y de negligencia, al final ni te llamé. Pero bueno, ojalá lo pases súper bien.

    PD: El vómito con anís debe ser la misma salsita que se come en Vietnam: salsa de pescado fermentado. Por eso huele así. Pero pasado un tiempo, te acostumbras, no te preocupes.

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  6. Jajajajaja....buenísimo Diegoooo!!!!..."en la medida de lo posible" sigue blogueando para hacernos disfrutar con tu característico formato literario que da la impresión de estar escuchándote hablar, jajajaja....me reí mucho con eso de los modales!!!!....besotes y sigue disfrutando tu viaje, por fa, cuida tu guataaaaaaa!!!!, jejejeje....

    Andrea Guerra
    Un abrazo y se le recuerda con cariño!!!

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  7. demasiado bueno!!!!!!obvio que en tu estilo característico, espero leer mas crónicas, besos diego y cuidate harto, te extrañamos en la corpo............
    Maribel Bravo.....

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  8. La pregunta más ridícula cuando uno viaja, creo que, en este caso, tiene sentido: acaso... ¿no hay ningún Mcdonalds donde comerse una ensalada más o menos decente con un tenedor de plástico????

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