Como ven, hay que pelear para agarrarse un poco de arena donde poner la toalla.
El plan del día era caminar hasta otra playa que quedaba a una hora y media caminando por la selva, para luego seguir caminando hacia unas cascadas que quedaban media hora cerro arriba. Pero como siempre los planes fueron abortados por las circunstancias. Porque había ahora una carpa disponible y decidimos cambiarnos a ella. Pero entre esperar que nos la dieran, armarla, cambiarla y almorzar nos dieron las dos. Muy tarde para el proyecto de las cascadas. El único problema con las carpas era que a los monos les gustaba abrirlas para buscar comida, y a veces eran capaces de rajar las puertas para entrar. Nosotros mismos tuvimos que espantar a una pandilla de monos que andaban en eso, los que se fueron no sin antes poner caras amenazantes y mostrarnos los dientes.
Le dedicamos la tarde entonces a estar en la playa casi desierta. Y ésta playa es tan increíble que las únicas personas que estaban en ella eran dos rusas unos 50 metros más allá, que no solo tomaban sol en topless, sino que además se sacaban fotos sexys. Además, el espectáculo de dos chinos gordos y pernos que trataban de sacarles fotos “haciéndola piola” fue algo que nos alegró mucho la tarde.
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