sábado, 4 de diciembre de 2010

Día 5, 26 de Noviembre: La isla europea y el bautizo chino.

Mi nombre en Chino: Di Jia
Macuca croqueando en Gulang Yu



Temprano en la mañana partimos al terminal a comprar pasajes en bus para Shenzhen, en la frontera de China con Hong Kong. Luego de eso partimos a la pequeña isla de Gulang Yu, frente a Xiamen. Como decía la isla es muy pequeña, pero está llena de atracciones. Despues de la guerra del opio, en la década de 1850, los chinos autorizaron a que aquí se instalaran los mercaderes de las potencias europeas. Así, ingleses, franceses, portugueses, españoles, holandeses, italianos y alemanes se instalaron en la isla y llenaron sus estrechas calles de casas grandes y bonitos parques. Hoy no queda acá ningún europeo (los explulsaron los japoneses en la segunda guerra mundial) ni tampoco vienen muchos turistas occidentales (sólo vimos dos), pero la isla sigue siendo muy interesante, por esa mezcla de arquitectura europea y gente, tiendas y comida china. Es muy recomendable acá almorzar en las calles del centro, donde la gente pone mesas en la calle y ofrece platos marinos por muy poco (un almuerzo puede costar mil pesos chilenos). Así, luego de divagar todo el día por la isla volvimos a Xiamen.

Mientras caminábamos de vuelta al hostal pasámos por la calle de los calígrafos de Xiamen. De pronto, nos quedamos mirando una tienda o taller, donde un profesor le enseñaba caligrafía a una niña. Como nos vieron sacando fotos nos invitaron a pasar. En mandarín y algo de inglés, logramos comunicarnos con el profesor, y otra profesora que ahí había, quienes nos invitaron a tomar té. Mientras estábamos en eso, nos preguntaron cuales eran nuestros nombres chinos, y cuando les dijimos que no teníamos procedieron a bautizarnos. Yo pasé a ser Di Jiao que significa “hermano mayor que ilumina la inteligencia”. La Maca pasó a ser Ma Ka, que por problemas idiomáticos nunca entendimos bien lo que significaba, aunque algo tenía que ver con el color café de su pelo. Luego, el maestro calígrafo procedió a escribir nuestros nombres en un pliego de papel de arroz, con el pincel y la tinta tradicionales. Los nombres quedaron increíbles, y esperemos que logren llegar a Chile para ser enmarcados.

Luego de esto nos fuimos al hostal a buscar nuestras cosas y partimos al terminal. Nos tocaba un bus cama. Lo que en china significa… un bus con camas. Por alguna razón este notable invento no ha llegado aún a Chile, pero es bastante cómodo y superior a la basura que en Chile venden como bus cama. Pero antes que pudiéramos quedarnos dormidos nos dimos cuenta de algo: nustros nombres chinos, úncio recuerdo de nustro bautizo que algún día estarían enmarcados en nuestra casa se habían quedado en el hostal. Hasta la fecha hemos hablado con ellos, que lograron ubicarlos y estarían en condiciones de mandarlos a Shanghai. Ojalá que así sea.


1 comentario:

  1. Eres MI hermano mayor que ilumina la inteligencia
    Te quieroo y amo tu blog!

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