Clásico bote de Lipe y de toda Tailandia.
Pero las playas desiertas terminan aburriendo hasta al más asceta. Y por lo mismo decidimos partir a Koh Lipe, una isla que se ha logrado mantener en la categoría 2 (backpacker-hippie) sin llamar demasiado la atención. De hecho, de todos los chilenos que hemos conocido que han estado en Tailandia (y que son unos cuantos) muchos nos hablaron de Phi Phi pero ninguno de Koh Lipe.
En ésta isla no hay entonces gringos borrachos. Tampoco hay chilenos ni otros latinos, aunque sí hay muchos españoles, franceses y alemanes. La gente en general es algo hippie, o le gustaría serlo, y cuando ya han crecido lo suficiente llegan con sus hijos -siempre rubios- a visitar la isla.
Pero lo más interesante de Koh Lipe, no son los extranjeros, si no los nativos, que representaban aproximadamente la mitad de la población de la isla durante nuestra visita. Éstas no son de etnia Thai (la predominante en Tailandia) sino que son Chaley, también conocidos como los “gitanos del mar”. Ellos son semi-nómades que se mueven al interior del archipiélago en sus botes estacionalmente, para no agotar los recursos marinos. Y si bien algunos trabajaban ahora en el turismo, la mayoría de sigue viviendo como siempre: establecidos en Lipe en esta época porque siempre lo han hecho, pescando y viviendo en pequeñas chozas de bambú que al poco tiempo desarmarán para armarlas en alguna otra isla. Una cosa curiosa de esta etnia son la cantidad de travestis que viven entre ellos. Cuando llegamos a Lipe esto nos asombró: la que te atiende en el restaurant, en la tienda o la que sencillamente ves pasar por la calle son en muchos casos un él. La razón de esto nos fue explicada un día por los barceloneses que eran dueños de las cabañas en las que dormimos: para los Chaley, la hija menor de la familia está encargada de cuidar de sus padres cuando envejezcan. Pero en caso de que el menor sea hombre, entonces sus padres los crían como mujer. Por eso no era tampoco extraño ver niños de 12 o 13 años que vestían y se comportaban como niñas. No nos quedó claro al final si esta costumbre está arraigada sólo entre esta etnia o si el resto de los tailandeses la siguen, pero aunque también hay muchos travestis en otras partes de Tailandia, nunca en tanta proporción como en la isla de Lipe.
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